Mejor… ¿Esterilizar?

Mejor… ¿Esterilizar?

El sentimiento es más fuerte que la razón

Los padres siempre intentamos proteger a nuestros hijos en cualquier circunstancia y en cualquier situación, es una evidencia que no podemos discutir. El nacimiento de un hijo transforma el mundo en el que vives y lo cambia por completo. Lo que antes no te parecía una amenaza, ahora alcanza unas cotas de peligrosidad inimaginables. El sentido de la responsabilidad se dispara y la toxicidad que provoca la super protección se apodera de los padres, sobre todo, de aquellos que son primerizos. 

Situar a tu hijo en el centro de todas las miradas, es natural, pero no es lo más aconsejable.  Si bien es cierto que un recién nacido no tiene todavía el sistema inmunológico desarrollado, no podemos dejarnos llevar por el pánico que nace de su fragilidad y su indefensión. Esterilizar cada cosa que toca o se lleva a la boca, ya sean tetinas, biberones, mordedores o lo que sea, no es nada recomendable, al contrario, no hace más que acrecentar nuestras posibilidades de padecer un trastorno obsesivo-compulsivo de consecuencias insospechadas ¿Os acordáis de la película Mejor… imposible (1997)? Extraordinaria película en la que el personaje de Melvin (Jack Nicholson) es un escritor cuya vida social se ve alterada por este trastorno provocando que nadie de su alrededor sea capaz de soportarlo. ¿No querrás darle esa imagen a tu suegra verdad?, la salud de la familia es lo primero, sin dudarlo, pero que no te cueste la tuya.

La inmunidad es lo más importante

El sistema inmunitario tiene que poder ponerse a prueba desde el nacimiento hasta la edad adulta. Es un sistema que debe entrenarse y estimularse y en ningún caso debe permanecer latente por falta de contacto con el mundo exterior. Es de suma importancia para que cuando realmente necesitemos que se active lo haga de una forma rápida y potente para protegernos de cualquier tipo de patógeno, ya sea vírico o bacteriano, pero para ello necesitamos entrenarlo adecuadamente desde el principio de nuestra vida. 

 ¿Cuándo esterilizar? 

Así podemos decir que sólo es necesario esterilizar los enseres de un bebé, únicamente, cuando se dan dos casos principalmente:

1.- Cuando el bebé es recién nacido y sobre todo es prematuro y hasta los 4 meses de vida como máximo, no nos quedará más remedio que esterilizar los biberones y las tetinas y

2.- Cuando el bebé tiene el sistema inmunitario comprometido, es decir, que sus defensas no responden bien por cualquier motivo, la esterilización desempeñará un papel fundamental.

Ante todo, higiene

A partir de los seis meses, si tu bebé goza de buena salud, puedes dejar de esterilizar, pero por supuesto que deberás seguir manteniendo una higiene adecuada, ¿cómo?, con agua y jabón.  Es muy importante que no queden restos de leche en las paredes del biberón y de las tetinas, para ello si es posible utilizaremos algún detergente que contenga enzimas específicas para eliminar los restos de leche como, por ejemplo, y me da igual la marca, el de NUK o el de SUAVINEX. La leche puede ser un foco de infecciones. Y ahora os contestaré a la pregunta del millón de dólares, ¿puedo usar el Fairy de toda la vida? Sí, pero los detergentes enzimáticos son mejores para esta labor. 

Existen diferentes métodos de esterilización, pero la verdad es que a mí me funcionó muy bien las bolsas de esterilización por microondas de la marca Medela. Son muy cómodas, relativamente baratas y cada bolsa se puede reutilizar unas 20 veces.  

Por cierto, ni que decir tiene que, si hacemos el esfuerzo de esterilizar cualquier utensilio del biberón, pero nuestra higiene de manos es ultra deficitaria, no nos servirá absolutamente de nada, utilicemos el método que utilicemos. Esto parece que es algo muy obvio, que lo es, pero que en la práctica muchas veces no se tiene en cuenta. Así que, por favor, sin obsesiones ¡lávate las manos! Y cuídate mucho, Melvin.

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